El Gobierno de EEUU está decidido a reducir a cualquier precio su dependencia actual de los países asiáticos, y de China en particular, en el ámbito de la industria de los circuitos integrados. Actualmente Asia produce el 90% de los chips de memoria, el 75% de los microprocesadores y el 80% de las obleas de silicio. Estas cifras son abrumadoras. Tanto, de hecho, que a medio plazo quedan absolutamente fuera del alcance de Occidente.